Del taller del siglo XIX a la residencia contemporánea
En la histórica calle Real de la Carretería, EDDEA Arquitectura y Urbanismo transforma una antigua casa-taller del siglo XIX en la residencia temporal de una familia con vínculos entre Sevilla y Nueva York. Un proyecto que conserva la memoria industrial del edificio mientras lo adapta a las necesidades de la vida contemporánea.


La intervención mantiene el carácter de almacén en la fachada principal, donde únicamente un sutil cambio cromático transforma la lectura del edificio de industrial a doméstica. Esta estrategia de mínima intervención exterior contrasta con la radical transformación interior, donde la altura original del espacio de trabajo se convierte en el gran protagonista de la nueva vivienda.
El proyecto, ejecutado bajo la modalidad llave en mano durante la pandemia, demuestra cómo la planificación y el control riguroso permiten cumplir plazos y presupuestos incluso en circunstancias excepcionales.
La escalera de acero: construcción in situ y protagonismo espacial
El verdadero corazón del proyecto es la escalera de acero, ejecutada completamente in situ y concebida como una pieza escultórica que emerge desde la planta baja para asomarse a la triple altura del espacio de estar. Su construcción artesanal, donde las soldaduras quedan deliberadamente a la vista, convierte cada encuentro en un testimonio del proceso constructivo.
La decisión de mantener el color natural del acero, sin tratamientos superficiales que oculten su materialidad, refuerza el carácter industrial del edificio original. Las soldaduras visibles entre los diferentes tramos no solo son una solución técnica honesta, sino que se convierten en un elemento decorativo que narra la historia de su construcción.
Esta escalera no solo resuelve la circulación vertical entre las tres plantas, sino que se convierte en el elemento vertebrador que organiza y jerarquiza todo el espacio interior, creando un diálogo constante entre los diferentes niveles de la vivienda.
Materialidad interior: parqué industrial y cemento pulido
El programa interior se resuelve con una paleta material que refuerza el carácter industrial del edificio. El parqué industrial en las zonas nobles aporta calidez y confort doméstico, mientras que los suelos de cemento pulido en áreas de servicio mantienen la referencia al pasado productivo del inmueble.


Las puertas de madera, ejecutadas de suelo a techo con más de tres metros de altura, potencian la sensación de amplitud vertical y crean una escala doméstica apropiada para los grandes espacios. Esta decisión de diseño permite que las estancias respiren y que las proporciones originales del taller se conviertan en una virtud habitacional.
Las puertas de madera, ejecutadas de suelo a techo con más de tres metros de altura, potencian la sensación de amplitud vertical y crean una escala doméstica apropiada para los grandes espacios. Esta decisión de diseño permite que las estancias respiren y que las proporciones originales del taller se conviertan en una virtud habitacional.
La fachada: del almacén al hogar
La estrategia de intervención en fachada es deliberadamente sutil. El edificio conserva su aspecto de almacén industrial, manteniendo la escala y proporciones originales que le daban carácter. Solo un cuidadoso cambio cromático transforma su lectura, pasando de edificio productivo a residencia sin alterar su esencia arquitectónica.
Esta aproximación respetuosa permite que el edificio mantenga su diálogo con el tejido urbano histórico mientras satisface las nuevas necesidades domésticas. La fachada se convierte así en un palimpsesto donde la historia industrial y la función residencial conviven en armonía.
Una vivienda en tres actos
La distribución se desarrolla en tres plantas que aprovechan la altura original del taller para crear espacios diferenciados y vinculados visualmente:
Planta baja: Gran espacio de estar con triple altura donde la escalera protagoniza el ambiente. Cocina, comedor y salón se integran bajo la imponente altura original del taller
Primera planta: Zona de descanso que se asoma al vacío central, manteniendo conexión visual con el espacio principal
Segunda planta: Nivel superior que completa el programa residencial con vistas privilegiadas al conjunto

La triple altura del espacio de estar no solo conserva la memoria del antiguo taller, sino que se convierte en el elemento diferenciador que hace única esta vivienda. Un espacio doméstico con escala industrial que genera una experiencia habitacional singular.
Esta casa-taller rehabilitada demuestra cómo la arquitectura industrial del siglo XIX puede transformarse en espacios residenciales contemporáneos sin perder su carácter original, creando hogares únicos que conectan pasado y presente.