La transformación del edificio situado en el número 12 de la Avenida de la Constitución convierte un inmueble de oficinas bancarias en hotel de cinco estrellas gran lujo, el primer establecimiento de Serras Collection en Andalucía. El proyecto actúa sobre tres casas protegidas de Aníbal González y Juan Talavera, exponentes de la arquitectura regionalista sevillana del siglo XX, que conforman una manzana irregular de 872 m² en el centro histórico de Sevilla.
La propuesta parte de la recuperación de la identidad original de cada una de las tres casas históricas. En planta baja, los huéspedes pueden reconocer individualmente cada edificio durante su recorrido, una cualidad espacial que se había perdido en intervenciones anteriores. Esta transición progresiva entre espacios honra la concepción original del conjunto arquitectónico. El proyecto incluye la restitución del patio interior como elemento central, configurado según la tradición de los patios sevillanos pero funcionando como herramienta bioclimática que distribuye la luz natural por todo el edificio y mejora el confort térmico del interior.
El programa de 43 habitaciones se distribuye en cuatro plantas sobre rasante, manteniendo la proporción y escala de las estancias originales. La planta baja alberga los espacios públicos del hotel y programa gastronómico, mientras que el alto componente de Food&Beverage refuerza la vocación gastronómica del establecimiento. Las habitaciones estándar se sitúan en plantas primera y segunda, mientras que las suites ocupan la planta tercera, aprovechando la mayor altura libre y las mejores condiciones lumínicas. La cubierta se convierte en una quinta fachada visible desde múltiples puntos de la ciudad. Su diseño incorpora un rooftop con vistas privilegiadas a la Catedral, ofreciendo una experiencia gastronómica única en el skyline sevillano.
La ubicación a 25 metros de la fachada de la Catedral y 150 metros de la Giralda convierte este proyecto en una pieza clave para la revitalización del centro histórico sevillano. La cubierta transitable se diseña con criterios de integración paisajística, utilizando materiales compatibles con el entorno y minimizando el impacto visual desde los edificios colindantes. El proyecto responde a las demandas del turismo cultural mediante la creación de espacios que potencian la relación con el patrimonio circundante, aportando un nuevo uso que garantiza la conservación y pone en valor este patrimonio arquitectónico.
