El proyecto de EDDEA, en colaboración con el equipo de Ayesa, desarrolla la propuesta ganadora del concurso promovido por la Agencia de la Comunidad Europea para la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), con el objetivo de dar respuesta a la necesidad de ampliación de la sede. Este centro, que trabaja para la protección de marcas, dibujos y diseños del mercado que forman los 28 países, es una de las construcciones más relevantes de Alicante y su periferia.
EDDEA afronta en 2013 al desarrollo del proyecto de ampliación de este ‘cuartel general’, situado a las afueras de la ciudad valenciana, que comprende la ejecución de un nuevo edificio de oficinas con capacidad para 500 empleados, un centro de congresos -que incorpora un auditorio para 450 espectadores-, y un nuevo edificio de recepción y bienvenida encargado de articular el conjunto.
Tras conocer las necesidades, se plantea una propuesta que permita un vínculo entre el espacio actual y el futuro, así como con la filosofía que desea transmitir la organización.
El proyecto surge del acuerdo entre dos cuestiones estratégicas: la comprensión de las potencialidades y limitaciones del edificio existente y su parcela; y la asimilación de los valores corporativos que desea expresar la institución a través de la nueva arquitectura.
Es así como se plantea un edificio definido por dos piezas relacionadas mediante un jardín orientado al mar y con espacios de conexión entre las mismas, a través de áreas de intercambio. La zona de recepción y bienvenida se presenta como un telón de fondo, que recoge los volúmenes que componen el acceso actual, en favor de la construcción de una nueva fachada, continua y fragmentada a un tiempo.
La relación entre la altura del bloque y su ocupación es muy equilibrada, lo cual consigue esa similitud a un ‘gran chalet’ y, a su vez, permite adaptar con mayor facilidad la edificación a la topografía de la parcela.
Por otro lado, la disposición de los bloques en la parcela no es libre, sino que busca mantener la mayor separación posible para crear zonas exteriores amplias. Además, se han orientado de manera diferente para evitar vistas cruzadas entre las viviendas.
Para poder optimizar el espacio interior de las viviendas, se recurre a una crujía de casi siete por cinco metros con un forjado reticular. Se libera así a las viviendas de pilares intermedios y, de esta forma, se facilitan diferentes distribuciones de las mismas.
La sede se convirtió en 2015 en el primer edificio nuevo en España en obtener la máxima clasificación del certificado internacional de construcción sostenible BREEAM, en función de diez criterios principales: energía, uso ecológico del suelo, gestión, transporte, residuos, agua, salud y bienestar, materiales, contaminación e innovación.
Entre las medidas más relevantes para el reconocimiento, destacan un consumo de un 70% de dióxido de carbono, un sistema de gestión y control de los costes energéticos, abastecimiento mediante energías renovables, control de calidad del aire, reducción del caudal de grifos, facilidad para el reciclaje de residuos o el uso de madera de gestión sostenible certificada para su construcción.
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