La revista especializada ‘Andalucía Inmobiliaria’ ha publicado un extenso artículo de José María de Cárdenas, arquitecto y socio fundador de EDDEA, en el que reflexiona sobre las oportunidades que ofrece la construcción industrializada para impulsar el desarrollo de un parque residencial de viviendas protegidas acorde a la demanda actual, al tiempo que propone una serie de medidas para convertir a Andalucía en una comunidad pionera en la materia.
Bajo el título ‘Industrialización y vivienda asequible: la oportunidad de Andalucía’, De Cárdenas recuerda que una de las “graves consecuencias” de la crisis global de 2008 en el mercado inmobiliario fue el cambio de paradigma en la promoción de esta tipología de vivienda. “En 2021 se calificaron en toda España como protegidas 9.567, frente a las 58.308 de 2011, lo que supone una caída del 81%; datos que contrastan con la remontada del residencial libre desde 2017”, detalla.
Así, si hace treinta años hasta un tercio de todas las viviendas en el país eran protegidas, hoy suponen menos del 10%, una cifra que no cubre una “demanda desbocada” y que provoca que numerosas personas “sigan sin poder acceder a una casa en alquiler o en propiedad por no contar con los recursos mínimos y, además, muchas de las que lo consiguen, lo hacen soportando una relación coste /ingresos muy alto, impidiéndoles un desarrollo social adecuado”, añade el arquitecto.
Como factores desencadenantes de esta situación, menciona los precios de construcción, el acceso a la financiación, la burocracia, la ausencia de planificación urbana y la falta de colaboración público-privada y expone diversos ejemplos sobre cómo se ha intervenido en la materia en épocas anteriores tanto a nivel nacional como en otros países más o menos próximos.
En este sentido, José María de Cárdenas explica que, a lo largo del siglo pasado, la promoción de viviendas asequibles era una cuestión ‘de Estado’, lo que permitió “dotar, con mayor o menor éxito, de una vivienda mínima a la ciudadanía más necesitada”. “Estas operaciones de país -continúa- se ligaron generalmente al impulso de la industrialización aplicando innovación y, con ello, se levantaban barriadas masivamente con costes y plazos controlados”.
Modelos europeos
“En el caso de España, se articuló a través de diferentes instrumentos y planes, de forma muy parecida a otros países europeos, como Francia, donde el nivel de industrialización fue mucho más notable, llegándose a altos niveles de prefabricación con estándares muy elevados. En Escandinavia, por citar otro ejemplo, en áreas con poblaciones similares a la de Andalucía en la actualidad, se llegaron a construir un millón de viviendas en 15 años, también con una calidad que todavía sorprende hoy”, destaca.
A su juicio, estas estrategias pretendían no sólo proporcionar una casa digna a cada familia, sino que aquellos gestores “fueron capaces de comprender que podía ser, además, un instrumento de progreso social y económico y un elemento estructural de los desarrollos urbanos”. “El modelo -apunta- pudo tener fallos, sobre todo, si lo observamos con el conocimiento actual, pero ninguno que no pueda ser hoy corregido, como, de hecho, se está haciendo en la rehabilitación de muchas de estas zonas”.
A partir de estos antecedentes, el socio de EDDEA señala que para responder en la actualidad al reto de la vivienda asequible es necesario apostar por la industrialización en la construcción residencial. “Los impactos positivos se conocen: aumento de la eficiencia al estandarizar procedimientos, reducción de los tiempos de diseño y construcción, mejora de la calidad final o rebaja de costes sin dejar de impulsar la seguridad y la sostenibilidad”, valora.
Oportunidad para Andalucía
José María de Cárdenas apuesta por trasladar este esquema a Andalucía, dada la altísima demanda de esta tipología de casas. “Si, además, consiguiéramos en el inicio una colaboración público-privada efectiva que, con amplitud de miras, sea capaz de identificar otros retos regionales en materia social, económica y medioambiental, y proponer soluciones integradoras, estaríamos más cerca de reactivar la construcción de viviendas asequibles en nuestra comunidad”, afirma.
En este sentido, propone en su artículo una primera fase de implantación que tendría que centrarse en la innovación e implicaría revisar el programa de requerimientos para estas viviendas y los procesos de construcción hasta llegar a una plataforma modular específica para Andalucía, adaptada a su clima, topografía u otras condiciones.
La segunda fase, según puntualiza, consistiría en definir una planificación contando con todos los actores implicados: Junta, ayuntamientos, empresarios y entidades financiares. Para ello, sería necesario determinar un plan con objetivos, alcance, marco temporal, metodología, recursos energéticos, infraestructuras e inversiones necesarias, además de establecer las áreas geográficas de intervención y unos proyectos piloto atendiendo a criterios evaluables.
La tercera y última fase requeriría de la implementación de una cadena de suministro, capaz de proporcionar los componentes -en parte en taller, en parte in situ- de las viviendas. “En esta etapa, que se desarrollaría paralelamente al arranque de los proyectos piloto, será necesario atender la recualificación profesional de estas industrias y dotarla de instalaciones, equipamientos y soluciones logísticas”, indica.
De Cárdenas concluye que “estas pinceladas pretenden contribuir a un debate que pueda convertir a Andalucía en una comunidad pionera en política habitacional, ofreciendo una vivienda de calidad para una sociedad más inclusiva y abordando cuestiones estratégicas territoriales como la reindustrialización o la integración social y urbana de nuestras ciudades”.
Texto completo disponible aquí:
Artículo de José María de Cárdenas en ‘Andalucía Inmobiliaria’